Suman más de 50 km de paraíso. Forman parte de los 500 km de litoral que perfila a la isla. De aguas cristalinas, algunas de rocas, otras de finas arenas blancas, en total, Mallorca posee 262 playas ideales para desconectar y disfrutar de la agradable calidez del Mediterráneo.
Todas son hermosas pero hay algunas que te robarán el corazón y que se te quedarán para siempre en la memoria. A continuación, te dejamos una pequeña lista con las que son imprescindibles.
Caló des Moro.- Hasta hace unos años era uno de los rincones secretos a los que acudían solo los locales, concretamente, los vecinos de los alrededores. Está a solo 6 km de Santanyí y es de pequeño tamaño lo que implica que o se madruga o no habrá sitio para poder disfrutarla. En realidad es solo un estrecho entrante de mar en la isla que termina en un alto talud desde el cual se pueden admirar los hermosos colores turquesa de sus aguas. Es una cala muy tranquila, sin oleaje y protegida de vientos y corrientes. El acceso tiene cierta dificultad puesto que hay que descender el talud, asunto que se nos complica si vamos con todos los bártulos playeros. En este caso, recuerda: menos es más.
Caló des Moro, Foto de Morfheos
Portals Vells.- Ubicada en la costa oeste de Mallorca, es una playa tranquila de ambiente familiar a la que acuden tanto locales como turistas. Tiene un pequeño bar de playa donde se puede disfrutar de una comida en grupo (siempre mejor reservar, sobre todo en temporada alta) o de unos bocadillos y un aperitivo. Su arena es fina y sus aguas sin apenas oleaje, cristalinas y de fondos tendidos, perfecta para ir a pasar el día con los niños.
Playa Formentor.- Para disfrutar de un rincón de postal, es una de las mejores playas de Mallorca. Alejada de las zonas de turismo masivo, mira hacia la bahía de Pollensa y se encuentra rodeada de vegetación autóctona y hermosos pinares. Muy recomendable si se quiere combinar sol y sombra y si se busca cierta privacidad y tranquilidad ya que no está masificada. Para llegar, lo más habitual es el vehículo particular, que se puede dejar en un parking cercano (de pago).
Playa Formentor, foto de Rodrigo Gómez Sanz
Son Serra de Marina.- Una de las grandes maravillas del norte de Mallorca. Su belleza y su quietud es espectacular. Está enmarcada en una zona de litoral salpicada por pequeños pueblos, cerca de Can Picafort, un poco más al este de la famosa Playa de Muro. A menudo en sus orillas se pueden encontrar acumulaciones del alga Posidonia, que es la causante de que las aguas de Mallorca luzcan cristalinas y de ese color azul turquesa inmaculado. Se puede aparcar con facilidad y ofrece una arena fina perfecta para pasar largas horas tomando el sol.
Cala Varques.- Famosa entre los más jóvenes y los amantes del psicobloc ya que hay unas paredes ideales para poder practicar escalada sobre el mar. Suele llenarse hasta los topes de gente en temporada alta pero eso no le resta encanto. Para llegar a ella es necesario dejar el coche en el camino de acceso y luego adentrarse a través de un sendero entre los campos hasta el mar. La cala es de reducido tamaño pero sus aguas son cristalinas y el ambiente siempre es animado.
Cala Varques, foto de Morfheos
Cala Llamp.- Muy cerca de Andratx, esta hermosa cala está formada por grandes láminas de roca que se adentran en el mar, creando como una especie de piscinas naturales en las que se puede pasar el día con la más absoluta tranquilidad. Para acceder, se tiene que entrar por un beach club que hay justo sobre el mar, donde se puede comer o simplemente ir al atardecer a darse un baño y tomarse un cóctel con la puesta de sol.
Es Trenc.- A pesar de que su fama la ha convertido en un punto de peregrinación turístico, sigue conservando su magia. Si uno no piensa que está en Mallorca podría creer que se trata de una auténtica playa del Caribe. Sus arenas son blanquísimas y sus fondos marinos tan tendidos que hay que caminar varios minutos dentro del mar para lograr que el agua cubra. Sus tonalidades azules turquesa casi blanco deslumbran a todo el que la visita. Y su puesta de sol es única.
Es Trenc, foto de G.E.O.R.G.E
Cala Torta.- Y sus vecinas cala Mitjana y cala Estreta son auténticos paraísos. Tres calas vírgenes ubicadas en el noreste de la isla, junto al famoso Parque Natural de Llevant. Rodeadas de naturaleza, lejos de hoteles, casas y construcciones de ningún tipo. Los accesos no son los más cómodos pero merece la pena acercarse hasta ellas si se quiere desconectar del mundo y reencontrarse con la belleza más auténtica de la Mallorca de siempre.
Cala Deià.- Tan encantadora como el pueblo, esta cala es la mejor estampa del Mediterráneo. Pequeña, tranquila y de forma semicircular, rodeada de hermosos acantilados y protegida de los vientos, es uno de los lugares más emblemáticos de la Serra de Tramuntana. Tiene un animado bar a pie de playa en el que se puede comer y beber en un ambiente muy agradable. La playa es de cantos rodados pero la comodidad está garantizada ya que las algas que se acumulan en la orilla hacen un confortable colchón sobre el que tenderse a tomar el sol.
Cala Deià, foto de Xisco Órtiz
Son Verí Nou.- Pasada la Playa de Palma hacia el sur, en el municipio de Llucmajor, encontramos esta zona residencial que tiene el privilegio de estar sobre un litoral lleno de pequeñas calas de roca y arena. Son las preferidas por los habitantes de Palma, la capital balear, y por todos los pueblos vecinos ya que ofrecen un mar limpio como en pocos lugares. Además de sus aguas cristalinas, permiten ver una de las mejores puestas de sol de Mallorca sobre la Tramuntana, justo enfrente.
Sa Calobra: Esta cala rodeada por dos acantilados de más de 200 metros de alto destaca por su belleza y sus aguas cristalinas.
Está situada en la sierra de Tramuntana, en la desembocadura del Torrente de Pareis (en Mallorca no hay ríos, hay torrentes) y aunque es una cala de difícil acceso, es una de las más espectaculares de la isla. Se puede llegar en barco desde el Puerto de Sóller o en coche a través de la serpenteante carretera que baja desde la Tramuntana.
Además de aparcamiento, esta playa cuenta con restaurantes. No dejéis de visitarla, el túnel peatonal para acceder a la cala tiene unas vistas increíbles.
Sa Calobra, foto de Morfheos