Sí, los hay. Y la mayoría son una puerta a la gastronomía más auténtica de la isla. Porque Mallorca es para disfrutar todo el año. Aunque es cierto que la temporada alta es puro bullicio, el lado tranquilo de la verdadera isla de la calma empieza ahora, cuando el sol brilla sin excesos y el clima acompaña para practicar todo tipo de deportes al aire libre, visitar lugares únicos y regalarse una escapada de relax a un paso de las mejores playas del Mediterráneo.
Aprovecha tus días para conocer la cocina más auténtica de Mallorca que es, precisamente, la que se sirve fuera de temporada. Platos tan arraigados como las sopas mallorquinas, el arròs brut, las gírgolas a la plancha, el frit de matanzas, los caracoles, la coca de cuarto o las habas tiernas ahumadas son delicias que sorprenden por su sencillez y por la calidad de sus materias primas. Para encontrarlos en las cartas de los restaurantes has de buscar aquellos que están abiertos durante el otoño y el invierno. Aquí recogemos algunos de los más famosos entre los locales:
Celler Bar Randa: uno de los restaurantes más emblemáticos de esta pequeña localidad de interior al que acuden en masa los domingos los mallorquines para disfrutar de una cocina casera y tradicional. No es un lugar con estilo, glamour ni detalles: mesas con manteles de papel, el puchero de arroz en el centro y postres tamaño gigante. Es un lugar donde disfrutar de la mejor gastronomía popular.
Restaurante Celler bar randa, foto de Celler Bar Randa
Es Verger de Alaró: mítico por su ubicación justo en la parte final de la ruta que lleva desde el pueblo hasta el famoso Castell d’Alaró, es un restaurante de cocina mallorquina típica. Compartirás mesa con el que llegue (y la gente no para de llegar, sobre todo en fin de semana) y no tendrás muchos lujos pero los platos que ofrecen son sencillamente deliciosos: cabrito, lechona, caracoles…
Restaurante Es Verger, foto de abc Mallorca
Eu Centro Pollença: en el mismo corazón del pueblo de Pollença, en el Carrer del Temple, este pequeño restaurante de decoración clásica es un alarde de tradición culinaria. Aquí podrás disfrutar a diario de menús riquísimos (menos los miércoles, que suelen cerrar) y los fines de semana de platos típicos para disfrutar en familia o con los amigos. Imprescindible reservar porque se llena.
«Gató con Helado de Almendra», postre típico mallorquín en el Restaurante Eu Centro Pollença, foto de gastronomicament.cat
Mesón Can Pedro: situado en el barrio de Génova, en Palma, es el referente de los mallorquines para organizar una comida en familia o una cena con el grupo de amigos. Económico y con productos de gran calidad servidos sin remilgos. La carta aglutina los mejores platos de la cocina tradicional mallorquina. Sus especialidades son las carnes, el frito mallorquín y los caracoles.
Restaurante Mesón Can Pedro, foto de Can pedro
Mercado gastronómico San Juan: una alternativa gastronómica abierta todo el año para degustar cocina mallorquina pero también mucha gastronomía internacional. Situado en el centro de Palma, en la zona de S’Escorxador, ofrece una gran variedad de puestos de restaurantes que van desde japonés a los típicos de tapas y frituras. Ideal para una cena espontánea o unas cañas con amigos.
Mercado Gastronómico San Juan, foto de Mercado San Juan